Siempre creí que había una sola clase de prisión, y que esa prisión era el zoonosis. Hoy comprendo que la miseria, y la pobreza, la calle y la falta de oportunidades, es otra clase de prisión, porque sólo se sale con ayuda, como de las jaulas....
Hoy es el mimado del refugio de Tortuguitas, se muere de amor por los voluntarios.
Su corazón es tan grande como su cuerpo de 45 kg. Sigue en adopción.
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