Amador se nos fue, luego de hacer todos los intentos por salvarle la vida.
Les dejamos la carta escrita por una de sus madrinas.
Adios hermoso Amador, sabemos que el año y medio que estuviste junto a nostras, fuiste muy feliz.
Amador.
Querido Amador:
Ya sé que los perros no leen facebook, pero fue a través de este medio que conocí tu historia y la de tantos perritos como vos. Seguramente te susurraré a tu oído esta historia y en el futuro se la contaré al viento y vos la escucharás, donde sea que estés.
Desde el día que llegaste a la fundación, totalmente entregado y enfermo, supe que eras un ser especial. Llegaste un sábado 23 de febrero por la mañana, luego de que Graciela fuera a buscarte al refugio del horror de Chacabuco (otro capítulo en mi vida que no cerró) en medio de la noche alumbrándose con la luz de su celular. Te trasladaron a Luján y luego llegaste a nosotras. Un largo camino hacia el amor y la libertad, diría que seguramente recorriste años de tu vida hacia el amor y el cariño.
Hoy quiero recordarte como un gran gladiador, el que estoicamente se bancó tratamiento tras tratamiento porque no te ibas a dejar vencer. Y así fue porque hace unos pocos días te vi comer en casa con unas ganas impresionantes.
Desde que llegaste, conmocionaste nuestras vidas, la de muchas personas que no conocían que existía el maltrato a los galgos ni las carreras ni la caza. Abriste muchas mentes y también muchos corazones. Te convertiste en algo más grande, nos ayudaste a liberar a otros perritos como vos, fuiste nuestro mentor en esta causa.
Y así como sos un tipo dulce de mirada que derrite, sos un tipo destrozón, prueba de eso son los innumerables saquitos que el papá de Cris tuvo que coser para vos, la cantidad de remeras, vendas y demás que dejaste hechas tiritas en segundos. Claro, mi mochila de tu paso por mi casa tampoco se salvó, pero la llevaré con ese recuerdito porque eso muestra que estuviste acá conmigo. Me olvidé de decir que también fuiste cabrón por la calle, haciéndote el cancherito mostrando dientes y gruñidos, ¿quién puede imaginarte así?
También voy a recordar tus rascadas contra las plantas, tu ladrido por momentos grave, tus lloriqueos extremadamente agudos, como puede esperarse de un galgo. ¿Dije que sos glotón por naturaleza? Creo que me salteé esa parte.
Y como dije al principio, sos un gladiador porque cualquier otro perro se hubiera entregado en ese refugio del horror, a alguno, como a Salvador, los "desaparecieron" cuando lo quisimos rescatar. Vos, en cambio, sobreviviste entre muchos, algo que ya demostraba tu fuerza interior. Peleaste por tu vida durante un año y medio -que en años perrunos es un montón de tiempo-, cualquier otro perrito hubiera sucumbido, vos, en cambio, tenías cuerda. Esa cuerda del cariño, del amor, del cuidado, de noches de desvelo de parte de Cris y su familia, de la fundación, de consultar y realizar distintas terapias, de despedirnos en febrero por tu osteosarcoma y que fueras un milagro viviente hasta julio.
Un perro dulce, sin maldad alguna, sumiso, agradecido, rascón y mordedor de ropa.
Y un estandarte en nuestras vidas, un norte por el que seguir adelante, un faro y un sol. Porque sos vos el que nos iluminás con tu propia luz, porque volviste a confiar en nuestras manos y te abriste al cariño.
Deseo que te liberes de todas las ataduras de este plano y que seas libre, que Dios o quien sea que esté ahí arriba, te abra las puertas de par en par y que corras en libertad, sin sufrimiento alguno.
Amador, sos amado y amaste. Te quiero y te querré siempre. Que tu luz nos ilumine siempre.
Ya sé que los perros no leen facebook, pero fue a través de este medio que conocí tu historia y la de tantos perritos como vos. Seguramente te susurraré a tu oído esta historia y en el futuro se la contaré al viento y vos la escucharás, donde sea que estés.
Desde el día que llegaste a la fundación, totalmente entregado y enfermo, supe que eras un ser especial. Llegaste un sábado 23 de febrero por la mañana, luego de que Graciela fuera a buscarte al refugio del horror de Chacabuco (otro capítulo en mi vida que no cerró) en medio de la noche alumbrándose con la luz de su celular. Te trasladaron a Luján y luego llegaste a nosotras. Un largo camino hacia el amor y la libertad, diría que seguramente recorriste años de tu vida hacia el amor y el cariño.
Hoy quiero recordarte como un gran gladiador, el que estoicamente se bancó tratamiento tras tratamiento porque no te ibas a dejar vencer. Y así fue porque hace unos pocos días te vi comer en casa con unas ganas impresionantes.
Desde que llegaste, conmocionaste nuestras vidas, la de muchas personas que no conocían que existía el maltrato a los galgos ni las carreras ni la caza. Abriste muchas mentes y también muchos corazones. Te convertiste en algo más grande, nos ayudaste a liberar a otros perritos como vos, fuiste nuestro mentor en esta causa.
Y así como sos un tipo dulce de mirada que derrite, sos un tipo destrozón, prueba de eso son los innumerables saquitos que el papá de Cris tuvo que coser para vos, la cantidad de remeras, vendas y demás que dejaste hechas tiritas en segundos. Claro, mi mochila de tu paso por mi casa tampoco se salvó, pero la llevaré con ese recuerdito porque eso muestra que estuviste acá conmigo. Me olvidé de decir que también fuiste cabrón por la calle, haciéndote el cancherito mostrando dientes y gruñidos, ¿quién puede imaginarte así?
También voy a recordar tus rascadas contra las plantas, tu ladrido por momentos grave, tus lloriqueos extremadamente agudos, como puede esperarse de un galgo. ¿Dije que sos glotón por naturaleza? Creo que me salteé esa parte.
Y como dije al principio, sos un gladiador porque cualquier otro perro se hubiera entregado en ese refugio del horror, a alguno, como a Salvador, los "desaparecieron" cuando lo quisimos rescatar. Vos, en cambio, sobreviviste entre muchos, algo que ya demostraba tu fuerza interior. Peleaste por tu vida durante un año y medio -que en años perrunos es un montón de tiempo-, cualquier otro perrito hubiera sucumbido, vos, en cambio, tenías cuerda. Esa cuerda del cariño, del amor, del cuidado, de noches de desvelo de parte de Cris y su familia, de la fundación, de consultar y realizar distintas terapias, de despedirnos en febrero por tu osteosarcoma y que fueras un milagro viviente hasta julio.
Un perro dulce, sin maldad alguna, sumiso, agradecido, rascón y mordedor de ropa.
Y un estandarte en nuestras vidas, un norte por el que seguir adelante, un faro y un sol. Porque sos vos el que nos iluminás con tu propia luz, porque volviste a confiar en nuestras manos y te abriste al cariño.
Deseo que te liberes de todas las ataduras de este plano y que seas libre, que Dios o quien sea que esté ahí arriba, te abra las puertas de par en par y que corras en libertad, sin sufrimiento alguno.
Amador, sos amado y amaste. Te quiero y te querré siempre. Que tu luz nos ilumine siempre.
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