Hoy encontré tu perro

de Leonardo Giuffrida, el Lunes, 14 de marzo de 2011 a las 13:15
Hoy encontré tu perro. Pero no…. él no fue adoptado por nadie. Por acá la mayoría de la gente ya tiene varios perros, y quien no tiene ninguno no quiere un perro. Yo sé que esperabas que él encontrase un buen hogar cuando lo dejaste acá…. pero no…. no lo encontró.
Cuando lo vi por primera vez, él estaba muy lejos de la casa más próxima, solo, asustado, con hambre, con sed, flaco, sucio, y rengueando por una herida en la pata. 
Cómo hubiese querido ser vos en el momento en que me paré frente a él!
Entonces podrías ver su cola moviéndose y sus ojos brillando al saltar en tus brazos! Porque él sabía que vos lo ibas a encontrar, sabía que no lo olvidarías. Podrías ver en sus ojos el perdón por todo el sufrimiento y el dolor que había pasado en su interminable viaje en busca de su dueño.
Pero yo no era vos. Y a pesar de mis intentos de convencerlo a acercarse, los ojos de él veían un completo extraño, una amenaza. Él no confiaba en mí. Él no se acercaba. Entonces siguió su camino, porque estaba seguro de que el camino lo llevaría a vos. Él no entendía por qué no lo estabas buscando. Sólo sabía que no estabas y que era preciso encontrarte. Eso era más importante que la comida, el agua o el desconocido que podía darle esas cosas. 
Entendí que era inútil intentar convencerlo o seguirlo. Ni su nombre sabía!
Fui a casa, llené un balde con agua, puse comida en una lata, y volví para el lugar donde lo había encontrado. No había ni señal de él, pero dejé el agua y la comida debajo del árbol donde él había descansado al abrigo del sol.
Comprende: él no es un perro salvaje. Al domesticarlo, lo privaste del instinto de supervivencia en la calle. Él sólo sabe que precisa caminar todo el día. No sabe que el sol, el calor y la calle pueden costarle la vida. Él sólo sabe que necesita encontrarte.
Esperé con la esperanza de que volviera para buscar abrigo bajo el árbol, con la esperanza de que el agua y la comida lo hicieran confiar en mí, así podría llevarlo a mi casa, curar la herida de su pata, darle un lugar fresco para echarse, ayudarlo a entender que tú no serías más parte de su vida, y luego ponerlo en adopción para buscarle una familia que lo ame.
Él no volvió aquella mañana… y el agua y la comida permanecieron intactos. Me preocupé. Tenés que saber que pocas personas tratarían de ayudar a tu perro. Algunas lo echarían, otras llamarían a la perrera, que le daría el destino que vos tal vez quisiste, lo liberarían de todo el sufrimiento que estuviese pasando.
Volví al mismo lugar antes del anochecer y no lo encontré. A la mañana siguiente, volví y vi que el agua y la comida seguían intactas.
Ahhh! si estuvieras acá para llamarlo por su nombre, con tu voz tan familiar!
Comencé a caminar en la dirección que él había seguido antes, pero sin mucha esperanza de encontrarlo. Tu perro estaba tan desesperado para encontrarte que sería capaz de caminar muchos kilómetros en 24 horas. Horas más tarde y a una buena distancia del lugar adonde lo vi la primera vez… finalmente encontré tu perro.
La sed ya no lo atormentaba, su hambre había sido saciada, sus dolores habían pasado, la herida de la pata no lo torturaría más. Tu perro estaba muerto.
Me arrodillé a su lado y te maldije por no estar ahí antes, para que yo pudiera haber visto el brillo en aquellos ojos vacíos, sólo por un instante.
Pedí que su viaje lo hubiera llevado al lugar que imagino tú esperabas que encontrara. Si supieses por todo lo que pasó para llegar allá...
Y sufrí…. sufrí mucho, porque sé que si él despertara ahora y si yo fuera vos, sus ojos brillarían al verte, y movería la cola perdonándote por haberlo abandonado.

"Vacuná antes de la enfermedad, esterilizá antes del abandono, educá antes del maltrato, antes de comprar pensá en adoptar, y acordate: TODOS SOMOS PARTE DE LA SOLUCION."
ESTERILIZAR SALVA VIDAS