Se quería llevar el que más necesitara salir.
Después de recorrer, se metió en las tumbas.
Nunca había ido, y encontró un saco de huesos en el oscuro. Era Aquino.
Lo llevó a lo de Brian con su auto, y hoy a un año del rescate, les presento a un perro feliz, que dejó atras
el horror, el hambre y el abandono.
Eugenia lo descubrió, en la epoca que no dábamos abasto, que las jaulas estaban llenas, y no sabíamos por donde empezar.
Fue ella también quien descubrió a Theo, el que no tenía patita y lo adoptó junto a sus dos amigos.
Hoy nos une un gran cariño, y sigue amadrinado a Aquino, y le estamos buscando un hogar.
Es un perro lindo, joven, y que merece tener una familia.
Se hizo inseparable de Teresa en el refugio, sería muy bueno conseguir una casa para los dos juntos.
Por qué no creer en los milagros???
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