Siempre creí que había una sola clase de prisión, y que esa prisión era el zoonosis.
Hoy comprendo que la miseria, y la pobreza, la calle y la falta de oportunidades, es otra clase de prisión, porque sólo se sale con ayuda, como de las jaulas....

Memoria

Memoria
Perritos de Villegas
Fundación Perritos de Villegas para la defensa del animal abandonado
Entidad sin fines de lucro.
Resolución 0001151

BUENOS AIRES. ARGENTINA

lunes, 1 de marzo de 2010

Carta de Vivi.

Carta de Viviana Noemí Garramone, quien colaboró muchísimos sábados limpiando caniles y paseando los perritos de Villegas.




Yo creo que ya fue suficiente. Después de saber del destino de Micaela decidí escribir lo que mi corazón me dicta.



Es muy difícil de comprender y menos de aceptar para aquellos que trabajan para construir, lo que son la desidia, la inutilidad, la inoperancia, la irresponsabilidad y sobre todo, lo cruel que un ser humano (o varios) puede llegar a ser con quien es más débil y no puede valerse por sí mismo.



He observado y comprobado el trabajo de las voluntarias del centro de zoonosis de Villegas, trabajo incansable, duro, arduo, todo guiado por su amor, imposible de entender o al menos de respetar para muchos, por los animales que no tiene quien los defienda ni los cuide.



Puedo entender que para muchos humanos esto no sea fácil de comprender, o de digerir, y asumo que justamente esa incomprensión es lo que hace que no cumplan con sus funciones quienes deben hacerlo, quienes para eso están donde están, lo cual se traduce en las muerte y el sufrimiento no solo los animales que están en zoonosis de toda La Matanza sino en los que están afuera.



Igualmente no es necesario que comprendan tal amor y dedicación sin recibir nada a cambio (nada material), lo cual no debería ser un impedimento para que igualmente hagan su trabajo.



El caso de Villegas y asumo que ocurre lo mismo con la mayoría de los zoonosis, no es una cuestión de presupuesto, es una cuestion de voluntad, de hacer que la gente que tiene su sueldo a fin de mes lo justifique, todos los funcionarios en esa cadena de responsabilidades, no justifican su sueldo ni su posición, ni siquiera su condición de ser humano.



Los proteccionistas son pocos, para la cantidad de animales necesitados que son muchos, y las personas encargadas de accionar para que salgan de esos lugares, muchos menos, no me animo a decir nadie por no faltarle el respeto a quien sea util como funcionario público a esta sociedad.



Ya hemos visto suficiente, uno cree que no hay más que pueda ver y siempre hay algo más en el ámbito de la protección animal.



Entiendo que estamos en condiciones de exigir que esto cambie, como ciudadanos que pagamos los impuestos, y como seres humanos, humanos, lo que no abunda por estos días en las áreas de poder.



Estos episodios, como una animal (para nosotros, nuestra querida Micaela) atropellado por un tren, que paradójicamente, si se hubiera quedado en el canil de Villegas (de donde la sacaron con el objeto de mejorar su calidad de vida eventualmente) no hubiera tenido tan triste final, me hacen pensar que por mas que uno haga lo que haga siempre será a pérdida, pero es clarísimo que no es así.



Hay quien está perdido y es una pérdida para la sociedad en la que vive, es quien perdió su don de ser humano, el amor por el prójimo, el respeto por la vida, es quien se acostumbró a la chatura de la indiferencia.



Lo único que puedo desearles, y pedirle a Dios, o a la naturaleza, al universo, es que les cambie el corazón, y mientras tanto, que pongan manos a la obra o dejen que tome acción quien esté a la altura de la responsabilidad y a la importancia de su tarea.



Viviana Noemí Garramone

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